La comarca de Els Ports, en el norte de la provincia de Castellón, forma parte de una frontera natural entre las regiones de Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana, en la que los paisajes, salpicados de montañas, desniveles abruptos, barrancos y frondosos bosques, son protagonistas.
Tiene una superficie de 904 km² y una población de unos 5.250 habitantes repartidos en 12 poblaciones.
La más conocida es Morella, que, además de la «capital» comarcal, es también uno de los cuatro pueblos valencianos que forma parte de la red de los Pueblos más bonitos de España, junto con Peñíscola, Villafamés y Guadalest.
Pero Els Ports ofrece mucho más al viajero.
Si te gusta la naturaleza, la historia, la cultura y la gastronomía, este artículo te resultará interesante.
Una comarca llena de historia
Morella es una ciudad situada a más de 1.000 metros de altura, en la cima de una montaña.
Su vista, amurallada e imponente, y sus casas arracimadas, nos evocan a la época medieval, que es cuando esta localidad jugó un importante papel político y religioso, llegando a ser una de las fortalezas más importantes e inexpugnables del Mediterráneo y una de las plazas más relevantes ocupadas por la Orden del Temple.
Prueba de ello es el rico patrimonio de la localidad, entre el que destaca su castillo, el convento de San Francisco (del siglo XIII, que conserva un precioso claustro gótico y una sala capitular con pinturas de la Danza de la Muerte) o la iglesia arciprestal de Santa María la Mayor, una pequeña catedral de estilo gótico valenciano, famosa por sus pórticos decorados.
Ya en el centro urbano, es muy conocida la calle Blasco de Alagón y sus bellos soportales, así como diferentes palacios y casas solariegas.
Si visitas Els Ports, debes apuntar otras localidades de referencia.
Vallibona, un pequeño pueblo donde se encuentran interesantes restos de arte medieval. Entre ellos, unas policromías árabes descubiertas en su iglesia parroquial y que han sido declaradas Bien de Interés Cultural.
Vallibona forma parte del Parque Natural de la Tinença de Benifassà, y goza de gran biodiversidad y paisajes de gran belleza.
Otra visita obligatoria en Els Ports es Vilafranca, el segundo pueblo más grande de Els Ports.
Cuenta con una iglesia renacentista (Santa María Magdalena) y con un Portal dedicado a San Roque y que actualmente es la única puerta de la muralla medieval que todavía sigue en pie.
Las casas de Vilafranca se elaboraban tradicionalmente con la técnica de la piedra seca, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2018.
Además de una arquitectura única, esta localidad posee una amplia riqueza paisajística y cuenta con una red de senderismo señalizada de 200 kilómetros en sus alrededores.
Un viaje al “jurásico”
Els Ports es sinónimo de naturaleza, y Cinctorres es un punto ideal para divisar las espectaculares vistas panorámicas de la comarca.
Si te gusta el senderismo, debes saber que esta localidad está atravesada por siete rutas con las que es posible conocer algunos lugares emblemáticos de la zona, como las cuevas del Bolavar o los observatorios de aves.
Cinctorres también es conocido porque allí se encontraron restos de dinosaurios, siendo el más famoso el yacimiento Anna, visitable y donde hay diferentes reproducciones de estos seres colosales a escala real.
Un destino gastronómico de primer orden
La comarca de Els Ports es conocida por su gastronomía. Y prueba de ello es que en Olocau del Rey se conserva uno de los hornos más antiguos de la región (hoy forma parte del museo local).
La gastronomía en esta parte de la provincia de Castellón es sinónimo de montaña, donde destacan las sopas, los guisos calientes y los platos de cuchara, como la «olleta morellana».
En esta zona también son muy típicos los embutidos como la cecina, los quesos o la miel. De hecho, este producto artesano hace de la comarca un buen sitio para los amantes del turismo apícola.
Pero si hay un ingrediente estrella en la cocina de la comarca de Els Ports es la trufa negra. Es más, durante los meses de invierno, en algunas localidades se celebran jornadas gastronómicas dedicadas a este rico manjar.
Si hablamos de dulce, el rey es el flaón (flaó, en valenciano), una empanadilla de masa frita rellena de requesón, miel y almendras.
Y si quieres un souvenir de la zona, te recomendamos comprar sus típicas mantas morellanas o las alpargatas de La Mata, una localidad conocida con el sobrenombre de «el poble dels espardenyers» por sus talleres artesanos.
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